eguimos soportando los constantes reveses de los que hoy manejan la Economía. Soy asturiana y aún recuerdo cuando nos hicieron sacrificar muchas vacas. Y costó lágrimas, sobre todo en muchas casa, puesto que se quería a los animales. Lo peor es que ahora hay que importar leche de las reses de ellos. Lo mismo pasará con la pesca y los reglamentos de la Unión Europea. Y, lo más curioso, es que esa normativa está, presuntamente, para favorecernos.
En otro orden de cosas, han cerrado el Arca de Noé, último refugio de algunos animales que han llegado en estados lamentables, abandonados por sus amos.
Como por casualidad, todo está encaminado a frenar nuestro desarrollo. Creo que ha sido una equivocación que nos asociemos con algo hostil. Nosotros somos mediterráneos, como Grecia, Italia, Israel y Turquía. Una cultura grande y antigua y, quizás, esto es lo que no perdonan. Solamente Israel se libra de la miseria que padecemos. Los niños de la escuela, sin almorzar; anunciamos la venta de alimentos pasados de la fecha de caducidad por parte de grandes supermercados.
Éramos países cultos, mucho más que ellos. ¿Sabemos lo que hay que hacer hoy en día? Hay que tomar una decisión rápida y drástica, a menos que cambien la táctica fácil de la continuidad de restricciones que aplica la Comunidad Europea.
Hay que reforzar toda nuestra cuenca mediterránea y, la mejor forma, es volver a la consabida dieta mediterránea. Potenciemos esto y dejemos que los grandes se queden con su colesterol. España tiene un dicho: “aquí y en toda tierra de garbanzos”. Pues bien, Turquía come garbanzos; Israel, también; el humos Griego… las berenjenas, las naranjas, la fruta. Así pues, que nos dejen salir de este círculo infernal. Que nos dejen con nuestra peseta y nuestra forma de vida, que ahora quieren cambiarnos el horario. Ya hemos visto las guindas que tenemos con ellos. Ya hemos visto lo que nos han hecho con los Juegos Olímpicos. Todo lo hacen en su beneficio y los que nunca consiguen nada somos siempre los mismos.
La tarjeta de uso farmacéutico: hay que ir dos veces al mes, ¿y qué pasa con aquellos que vienen de aldeas apartadas, qué tienen que hacer?
Señora Merkel, empiece a legislar pensando en los países pobres de la Unión Europea, en los mayores de 65 años con pocos recursos.
Además, creo que si España hubiera conseguido los Juegos Olímpicos, la próxima no podría haber sido Berlín, y en esto reside toda la maniobra de ellos.
Así las cosas, frenemos la importación. Tenemos nuestros vinos, no a tanta cerveza, no a tanta hamburguesa, que no sabemos lo que son; que nos dejen nuestro período de arrastre, nuestras lentejas, nuestro arroz con romero, las aceitunas, el arroz con nabos y productos de la huerta, los guisos de Galicia y Asturias. Para todos ellos, la salchicha, la cerveza y a la inquina que nos tienen.