A pesar de que la historia nos ha demostrado que el comunismo es un fracaso y no produce ningún beneficio al pueblo, de un tiempo a esta parte la socialdemocracia europea está perdiendo su parte centrista y cada vez se acerca más al socialismo puro, es decir, al comunismo. Los líderes comunistas ya no buscan la revolución, han encontrado una fórmula para conseguir sus propósitos: convencer al pueblo de que existían situaciones que iban en contra de la libertad, el progreso e incluso contra los derechos humanos, y por eso han logrado introducir en algunas constituciones el aborto, los matrimonios gays y la eutanasia, al tiempo que seguían una política de ataque a las creencias religiosas y a las fiestas populares. En definitiva, están tratando de dejar a la sociedad sin ningún principio y, de ese modo, tenerla preparada para que sigan los ideales que ellos les marcan. La llegada de emigrantes también favorece a esa descristianización y a erradicar el arraigo de las costumbres. Es por ello por lo que también son partidarios de admitir a todos los emigrantes que quieran entrar en un país.
Ante esta situación, son ya muchos millones de europeos los que han dicho “¡Basta ya!” y cómo los partidos tradicionales de derechas e izquierdas han permitido todo esto. No han tenido más remedio que buscar nuevos horizontes y de aquí han salido los populistas de derecha que están consiguiendo éxitos por toda Europa. A mí me molestan e incomodan los ataques e insultos zafios a la religión, pero no estoy en contra del aborto, los matrimonios gays y la eutanasia. Tampoco me preocupan los emigrantes, por todo ello no necesito votar a Vox, pero entiendo que haya gente que les vote.
Pedro Morante Gutiérrez