Todo el mundo se merece un techo bajo el que vivir. Es un derecho básico que a veces no se puede tener por circunstancias de la vida, y esto es algo que ocurre en Santa Pola desde hace bastante tiempo. Siempre he ayudado al hombre que vive frente al Palmeral, le he llevado a la peluquería, dado comida, aseo y todo lo que ha estado en mi mano. Pero ahora la situación ha cambiado, y es que no se deja ayudar, parece que esté fuera de sí y ha perdido bastante peso. He intentado llevarlo al centro de salud para que le realicen una revisión médica pero se ha negado por completo. Como no he podido ayudarlo por mis propios medios, he acudido al Ayuntamiento para solicitar ayuda, derivándome a la abogada del Centro Cívico, quien me ha dicho que no está en sus quehaceres el enviarle a un centro que determinen si su salud mental es la adecuada. Lo único que pido es que se le realice una revisión y, si es necesario, se le ingrese para que pueda tener vida digna porque ahora que llega el frío cualquier día lo encontraremos tumbado en un banco del que nunca más despertará.
Paquita Durá Mollá