Al alba, los primeros cantos de los pajarillos te despidieron en un primero de mayo.
Te fuiste de este mundo el Día del Trabajo para recordar que habías sido una mujer muy trabajadora, luchando día tras día contra la enfermedad, hasta tu triste despedida.
María José fue una hija, esposa y madre ejemplar, sencilla, alegre, humilde, abierta a los demás, dispuesta a ayudar y colaborar en sus facetas cotidianas.Esta granadina de nacimiento, llegó a nuestra localidad desde Baza para afincarse en nuestras costumbres levantinas y desfilar en la comparsa cristiana de” Almogávers”, o también ser bailarina de la danza árabe en galas benéficas para ayudar a los enfermos.
Su gracia andaluza, allá por donde iba con su salero derrochaba una simpatía natural en las personas que te rodearon; en los tuyos, compañeros/as de faena, amigos/as…
Seguro que los nóveles maestros/as a los que ayudaste en la difícil tarea de opositar quedarán siempre agradecidos por tu gran labor y devoción por enseñar a aprobar.
Tus alumnos/as de los colegios por donde has pasado en la provincia y en nuestro pueblo, en las clases que impartías en Ed.Física y Ed.Primaria, también agradecen haber recibido tus enseñanzas y haber contribuido a mejorarles como personas.
Y allá donde estés, las flores de la primavera te acogerán en el jardín del paraíso al que has llegado, pero aquí en la tierra, entre nosotros has dejado un aroma dulce, puro y encantador que perdurará para siempre en nuestros corazones.
Nunca te olvidaremos.