Sobra gente que maltrata a los mayores a los niños y discapacitados -sÃ, a los animales también-, pero hablo de personas; sobran aprovechados, gente que hace trampas y engaña -sÃ, y polÃticos, pero no me refiero a ellos-; sobra gente sexista, xenófoba y no solidaria; sobra gente sucia y mal educada. Sobra mucha gente en una sociedad que busca el bien común. Sobran maleducados y groseros, entre quienes ofrecen un servicio al público en Santa Pola, y por ello la villa no acaba de arrancar después de tantos años. Gente que ofrece un servicio público y maltrata a los clientes: es el caso que voy a referir.
El jueves 2 de mayo sufrà intimidación y agresión verbal del dueño de una cafeterÃa, en la Glorieta, que tiene un quiosco y dos terrazas que la ocupan casi totalmente. Al entrar pedà un café en la barra, fui al retrete y al salir dije a la camarera que: <
No soy cliente suyo -entré por necesidad- dije que no le oÃa; se lo hice repetir y a la tercera vez, lo gritó. Tres veces la misma frase. No llené hoja alguna de reclamaciones pero llamé a la policÃa y anulé la denuncia, a seguidas, para evitarme molestias a dos dÃas de marchar. Sà que fui a dar parte, a la Oficina Municipal del Consumidor, para que Turismo pase un control de sanidad, y he de agradecer la amabilidad de la persona que me atendió pero no viene al caso decir su nombre, aunque lo merece, como deberÃa publicar el del energúmeno al que me he referido.
Hace 78 años que vengo a Santa Pola, uno de ellos en el vientre de mi madre, y siento Santa Pola tanto que quien me conoce sabe lo que por la Villa he hecho. Como decÃan antiguamente, me habrÃa gustado decir: <<¿Sabe usted, con quién está hablando…, simplemente con una persona>>. Pero no creo que ese tipo de gente, que sobra en todos lados, sepa qué es una persona. (Nota: Hace seis meses ya faltaban el pestillo y el tirador de la cisterna).