J. Manuel Espín Montes
 

SER ESPAÑOL POR ENCIMA DE TODO

 
Viernes 23 de enero de 2015 0 comentarios
 

Sería preciso mirar España y a sus sucesos desde lejos. Desde todo lo lejos que nuestra condición de españoles lo permita. Mirar con perspectiva, no de espacio, sino de tiempo y de objetividad intelectual. Lo que en ella sucede, para descubrir su profunda realidad, para tocar la médula viva y abarcar así el sentido histórico de lo que en ella, ahora está pasando.

Hacía lustros que en España, al parecer, no pasaba nada. Viajeros, visitantes y turistas recorrían nuestro suelo para regocijo y disfrute de la misma. Pero ni de eso tan siquiera nos hacía sentirnos orgullosos de ella. Estaba muy cerca, por otra parte, la huella de lo español por el mundo. Huella que, aunque algunos anti-españoles no quisieran reconocer, merecíamos enconadamente.

Ha habido muchos hombres, hombres ilustres que sí han analizado esta pasión y orgullo: filósofos, escritores, poetas y hasta dramaturgos y doctores de reconocido prestigio mundial, ya fuera de habla castellana o de otras lenguas. Desde sus envidiadas y reconocidas plumas han salido los mejores elogios y reconocimientos hacia esta España que ahora nos empeñamos en empequeñecer.Lo bien que hubiéramos podido convivir, solamente partiendo de la premisa de una gran patria y una orgullosa bandera. Y ya se ha visto que no, que no es posible convivir, que existe una incompatibilidad esencial y decisiva, como de especies, como si de especies humanas distintas o, tal vez, de una especie humana y otra no tan humana todavía.

Ellos, los a sí mismos llamados nacionalistas, se ponen en la trágica y cómica situación de ser los únicos herederos de esta huella secesionista y separatista de una patria bien vertebrada y de distintas texturas racistas por su pasado y mezcolanzas de distintas colonizaciones.

Si tras una guerra fratricida somos capaces de emerger y de construir nuevamente una grande, llegando a ser potencia mundial, qué ha pasado para que, tras treinta y cinco años de democracia, nos estemos hundiendo en el ostracismo y la empatía de todas las fronteras que antes nos enumeraban como la envidia y orgullo de un legado y una bandera mundial.

Qué ha pasado con ese español, intelectual o burgués liberal, con ese proletariado, orgulloso y arrogante, trabajador incansable de sol a sol, curtido en mil batalles y en mil mares de horas y sufrimientos, pero que lo último a lo que renunciaría sería a su bandera y a su español…. ¿qué nos pasa?

Se ha hablado del individualismo español como de algo congénito y permanente, cuando la realidad es que este individualismo exagerado sólo aparece cuando la sociedad española, su historia actual, se ha quebrantado. Y entonces es cuando se puede comprobar que nuestra condición humana de hombres capaces, aunque ya no tan patriotas, aparecen moralmente.

¿Qué es España? Es la pregunta. Zapatero negándole el saludo y el respeto que se merecían las fuerzas americanas, invitadas en el desfile de la victoria. ¡Que se lo pregunten a 45.000 madres americanas que perdieron a sus hijos por liberar Europa en una guerra que a ellos les venía de lejos, pero que una injusticia y Holocausto reclamaba una minoría europea inmersa en el derramamiento de sangre de sus hijos y seres más queridos. En fin, esto es sólo un ejemplo de lo que no debe ser un español.

Hoy el español muere para vivir, para recuperar su historia, que nos están tratando de confundir, falsificándola con textos anticonstitucionales y equívocos y faltos de patriotismo y convirtiéndola en un alucinante laberinto. Pero los buenos españoles moriremos por romper el mismo, lleno de espejos falsificadores y fantasías que sólo buscan la confusión para adueñarse de tres cosas: poder, riquezas y, ahora, hasta regiones de la misma…

PD: El novelista y periodista judío de origen austríaco Jospeh Roth publicó en el Pariser Tageszeitung el 26-1-1939: “¿Quién dijo payaso? Si jamás uno de ellos, de los muchos bufones que el mundo ha visto, ha aportado honor a su nombre y, en este caso, a su casa, su patria, su bandera y su honor”.

 

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