señor Zaragoza: El pasado sábado, un coro noruego actuó en La Glorieta, un grupo de chavales de diez a doce años no paraban de dar balonazos a todo el mundo, incluidos los integrantes del coro, que no salían de su asombro.
Cuando el coro se preparaba para actuar, haciendo ejercicios vocales, estos chavales les hacían burla. Mi Marido trató de llamarles la atención, y contestaron riéndose y tocándose sus partes. Sentimos mucha vergüenza y me imagino la imagen que se llevaron estos señores de la educación española y del comportamiento de los santapoleros.
Había dos agentes de la policía en una esquina de la glorieta, totalmente ajenos a todo lo que estaba ocurriendo, hasta que una señora los fue a buscar, y yo le pregunté a un agente por qué no les llamaban la atención a los chicos que se meten todos los días en las fuentes que no están en funcionamiento rompen dando patadas los surtidores y las instalaciones con el consabido gasto para los contribuyentes. Me dijo que eso era responsabilidad de los padres. Yo siempre he tenido la impresión de que los agentes de la policía están para velar por el orden y ver que todos cumplimos con la Ley. Si no es así ¿para qué queremos tenerlos.
Señor alcalde: ¿cree que La Glorieta es un lugar para que los chicos jueguen al fútbol y molesten a los mayores que intentan estar tranquilos un rato?. Me interesa su opinión
Franisco Martínez