Un fenómeno curioso suele observarse el miércoles de ceniza cada año, este año 2016 se celebra el día diez de febrero. Por este motivo la Iglesia recibe la visita de muchísimas personas de todas las edades, niños, mayores y ancianos que quieren recibir la ceniza. La mayoría de estas personas, Entre las que me encuentro yo” tal vez si se les preguntara, no saben ni siquiera explicar lo que significa este rito aparentemente un poco macabro. Pero si intuyen que es un recuerdo de la muerte . . . ¡y la vida! la que nos vino del Creador y que nos será otorgada plenamente en la Resurrección. Las personas que se acercan a este acto, habrán observado que los sacerdotes, antes de proceder a la unción, dedican unos minutos para explicar el significado y sentido del mismo.
Igualmente si llega a nuestras manos alguna revista cristiana y nos ponemos a ojearla veremos que suelen aparecer en esta fecha artículos que van orientados a los fieles, de modo que esa ceremonia siga teniendo su valor.
Tal vez, muchos que no se acercan asiduamente a los sacramentos encuentran, en la ceniza, una manera de manifestar su fe y no perder la relación con Dios. Sigue pues teniendo profundo valor y, quien acude el miércoles de ceniza a la Iglesia para comenzar así la Cuaresma, está haciendo algo bueno y evangélico. Una intuición de algunos señala que, por ahora, quienes van abandonando esta práctica, son los más acomodados. “Procuremos hacernos como niños para entrar en el Reino de los Cielos”, sería la orientación de Jesús en estos casos.