Quiero transmitir mi preocupación por el uso del azufre para evitar los orines de los perros de Santa Pola. Concretamente, cabe destacar que he sido testigo de como los niños y niñas del municipio se ponen a jugar con este producto como si fuese harina. Los padres y madres deberían saber que esto es muy peligroso y que pueden acabar en urgencias por los efectos irritantes, dolorosos e inflamatorios. Por ello, propongo cambiar este tóxico por otra sustancia menos visible como la lejía o el aguafuerte, que también repele a las mascotas pero no llamará la atención de los más pequeños.