Vaya por delante mi más sincera felicitación
a todas las madres en este mes de mayo.
Sobre todo a las que toman como modelo
a nuestra Santísima Virgen María
en cualquiera de sus advocaciones.
También quiero dedicarles estas letras a las madres
y esposas invisibles para muchos.
Las que hacen posible que sus maridos e hijos
triunfen en la vida y que son felicitados
y valorados por la sociedad.
Las que son capaces de trabajar día a día, bien
dirigiendo una empresa, o como empleadas,
con el fin de llevar a casa un sueldo que ayude
al sostenimiento del hogar familiar; sabiendo que
la jornada para ellas no termina cuando en la empresa
tocan la sirena, sino que al llegar a casa les esperan
las tareas del hogar como: Ayudar a los hijos
en los deberes del colegio, prepararles la cena,
la ropa para el día siguiente etc.
Estas madres reciben pocas felicitaciones, y raramente
se les reconoce el mérito del sacrificio callado.
Al parecer, a las tareas del hogar, tan sacrificadas como
son, no se les da importancia; que hoy en día solo cuentan
los números, producir, ventas, imagen y marketing.
¡GRACIAS MAMÁS!!
Pues yo sí que las felicito y, por eso,
les doy mi humilde homenaje.
Recemos por ellas para que, desde el cielo,
María las ilumine y les proteja.
Que sigan “produciendo” personas de éxito
y en buen “número” luchando por la vida.