Tan solo hay que darle un vistazo al centro de salud de Santa Pola para notar que está descuidado, y es que muchas de las sillas de plástico están rotas, partidas o directamente les falta toda la zona de asiento. Pero este no es el único problema que existe, y es que en urgencias también hay problemas con las camillas. Al ser muy planas, los enfermeros y médicos se las ven y se las desean para encontrar algo que les haga función de ‘almohada’ para levantar la cabeza de sus pacientes en alto. Además, tenemos que subirnos a una especie de escalón, que parece un cajón, para ya poder tumbarnos en la camilla con el riesgo que esto supone para las personas mayores de sufrir una caída. Mi pregunta es: ¿Por qué no ponen camillas articuladas que solucionarían estos problemas de raíz? Porque la directora ya lo ha solicitado en varias ocasiones sin recibir una respuesta por parte de los responsables. Por eso solicito que se tengan en cuenta estas palabras y se busque una solución favorable para todos.
Paquita Durá Mollá