En este escrito de alguna forma quisiera recordar a una mujer, una artista y sobre todo a un gran ser humano que se marchó para siempre, pero que nos dejó sus obras, su música, su poesía y su voz: CECILIA.
Recordar las fechas de la muerte de un artista-creador no es para nada de mi agrado, más bien debiéramos celebrar su nacimiento como algo único y como únicos somos cada uno de nosotros, sus obras quedarán vivas para siempre… para aquellos que quieran seguir admirando y disfrutando, el gozo y la admiración de la belleza es para todos y sobre todo para aquellos que pueden mantener viva la llama que prendieron sus creadores y que será la herencia de nuestros antepasados para la cultura y crecimiento de los pueblos y de las personas agradecidas.
La cantante Cecilia nos entregó su obra; su voz, su música y su poesía. Su carrera corta pero intensa, su forma de decir las cosas con su particular voz; para siempre quedarán en los archivos de la música en España, aunque seamos una minoría los que hoy la recordamos y admiramos, nuestro deber es transmitir a las nuevas generaciones su legado y reconocimiento.
No insistiré en narrar su biografía personal o profesional-artística, pues no es mucho lo que se ha dicho y escrito sobre Cecilia pero sí lo suficiente para aquellos que hoy quieran descubrir y gozar de toda su obra, de la cual disponemos material suficiente en los medios de fácil acceso que todos bien conocemos, y de mi generación que podemos dar fe, que disfrutamos y compartimos ayer y hoy con sus bellas e irónicas melodías.
Los medios de difusión nacionales del día 2 de agosto de 1976 nos daban la siguiente noticia: “La cantante Cecilia muere en un grave accidente automovilístico ocurrido en la localidad de Benavente (Zamora) cuando a las cinco y media de la madrugada del día 2 el automóvil en el que viajaba chocó contra un carro agrícola. Iba acompañada por cuatro músicos, uno de los cuales, Carlos Iglesias Leiva de 29 años, falleció también a consecuencia de la colisión en la que resultaron heridas otras dos personas”.
Cecilia tenía programada su actuación en Aspe para el día 3 de agosto. Primer acto fallido por la malograda artista para el lamento de todos sus seguidores que siempre la recordaremos.
Cecilia construyó con sus canciones un mundo propio, intransferible y unívoco que la crítica especializada alabó siempre. Sus primeros discos fueron saludados como un acontecimiento transcendental en la música española. La belleza insólita de sus canciones es un reto a la mediocridad y a la cobardía: “Decir ¡adiós! es mirar atrás, es volver la vista y ver que tu no estás…” Miremos hacia atrás no para decir adiós sino para decir ¡Hola Cecilia sigues entre nosotros! y 40 años después… gracias por todo.