Es pequeño para entender la vida
pero igual que aprendió mucho de amor
es capaz de captar el desamor
y tristeza en la relación podrida.
Vivirá con dolor la despedida
de papá y de mamá pero es mejor
que asimile que aquel brillo y color
de la vida en común es flor perdida.
Se acabó ya el amor tras la pasión
y en prisión se tornó la libertad
de aquel niño al perder flor e ilusión.
Esa merma de su felicidad
deberá superar con protección,
comprensión, formación y humanidad.