Por fin se consiguió un objetivo, aunque éste no era el inicial del club, que era asegurar la permanencia. Ahora, toca terminar dignamente la temporada y empezar a pensar en la próxima.
Rendía visita el Sporting Saladar, un conjunto que se encuentra en la zona baja, con intenciones de sumar puntos, y a fe que casi lo consigue. El partido fue un toma y daca con un Bahía volcado en pro del triunfo que le otorgase la salvación.
Como siempre, la ansiedad por marcar frustraba todo intento de ello. La única ocasión clara del Saladar fue un chut que salió rozando el palo. Mientras tanto, oportunidades y más oportunidades del Bahía, incluso un penalti que el árbitro no vio como tal.
La segunda parte fue lo mismo de siempre, el Saladar defendiendo como jabatos su portería y el Bahía intentando marcar. La cosa iba para tablas hasta que el técnico local decidió mover el banquillo. Todo un revulsivo, ya que dio entrada a dos flechas por las bandas: Miano y David, sembrando la inquietud en la zaga del Saladar, que ya acusaba el cansancio.
El marcador se abrió en el minuto 69. Un balón en profundidad a David, que gana en velocidad a la defensa y, ante la salida del portero, lo dribla y, a puerta vacía, remata a gol. Esto hundió al Sporting, y más cuando en el minuto 79, David, en una jugada un poco embarullada, vuelve a batir al meta visitante. El tercer tanto llegaba de mano de Miano, ante el júbilo local.