El jovencísimo medio-punta santapolero José Pascual Alba Seva disputará este año, con el recién ascendido Amere City, otra temporada más en una competición altamente exigente
14/7/23.- Con tan solo cinco años, José Pascual Alba Seva comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol, en la Peña Barcelonista de Santa Pola. “Me acuerdo de jugar al fútbol sala y pasar luego al fútbol 7, con la Peña Barcelonista, hasta los once años. Allí di el salto al fútbol 11 en el Bahía Santa Pola. Tan solo un año más tarde, una persona de Alicante me vió y me fichó para el Lacross Babel, un equipo convenido con el Valencia”.
Al poco tiempo de militar en este conjunto alicantino, fue llamado para disputar “algunos partidos en Valencia CF. En Navidad pasé al Valencia, donde disputé nueve temporadas, dando el salto a Holanda” para continuar su futuro profesional. En Valencia, de hecho, pasó por Infantil, Cadete, Juvenil y Valencia Mestalla (Grupo III de la Segunda División B), llegando a jugar dos amistosos con el primer equipo.
Holanda y su progresión
Pascu, califica como salto más importante de su carrera el de Valencia a Holanda, “que supuso pasar a la Primera División holandesa. Una evolución considerable”. El primer equipo en el que jugó fue el ADO Den Haag de la Eredivisie (División de Honor), como se ha comentado, la máxima categoría en Holanda. Tras este conjunto, en el que pasó dos años, se sumó a la lista del DC Dordrecht, de la Eerste Divisie, la segunda división de los Países Bajos, y en junio de 2022 fichó por el Amere City.
Confiesa que los inicios como jugador profesional en Holanda fueron duros “porque hay mucho nivel y hay muchos jugadores con los que competir. Cuando se es joven, se adquiere experiencia y, con el tiempo, se mejora”. Este año ha conseguido subir con el equipo a Primera División, doblando así su “valor de mercado” como jugador. “Por el momento, me queda un año”, declara Pascu, quien añade que el objetivo “es mantenerse en la 1ª División”.
Selección y polivalencia como jugador
Además de su presencia como jugador en Holanda, también ha tenido el honor de vestir la camiseta de la Selección Española Sub 18 con la que ganó los juegos del Mediterráneo. Con la Sub 19 ha entrenado pero no ha jugado partidos oficiales, y asegura que “ha sido un sueño hecho realidad. Algo que siempre estaba ahí, a punto de conseguir... Sub 16... Sub 17... tuve la oportunidad de ir a la Sub 18 y ganar el torneo fue espectacular”.
Si tuviera que fichar por algún equipo español, confiesa que sería por el Valencia, “porque me he criado con él” y, como deseo futbolístico, “me gustaría jugar en la Champions”. Para ello, pone todo de su parte, grandes dosis de trabajo duro y se fija en jugadores como Valverde o Marcos Llorente, “que son capaces de jugar en varias posiciones, pero no tengo ningún ídolo o referencia a la que imite”.
Para el santapolero, su polivalencia, la llegada al área, la capacidad de hacer goles y dar asistencias son algunas de sus principales características y en las que considera que se desenvuelve muy bien. Ahora mismo tiene una posición de media-punta (detrás del delantero), “aunque he jugado de todo, menos portero y defensa central. Mi cometido es estudiar el juego, crear ocasiones, ser capaz de buscar el gol, de llegar al área y crear peligro”.
Arranque temprano: 13 de agosto
Ya ha iniciado la pretemporada, aunque no ha dejado de entrenar en Santa Pola, donde tuvo la oportunidad de pasar unos días. “Gimnasio, campus de fútbol y más cosas me han ayudado a seguir preparándome”. La primera jornada de liga es el domingo 13 de agosto, y como Pascu indica “cada año se tiene que luchar por la titularidad. Traerán gente nueva y hay mucha competitividad. La liga, en cuanto al nivel, es muy parecida a la española”.
Apoyos fuera de casa
Son varios los años que lleva en Holanda, con una vida bastante distinta a la que se puede tener en Santa Pola, “entre otros motivos porque el invierno es muy frío y el verano diferente. El problema es que estoy acostumbrado a Santa Pola, que es un paraíso, y se hace difícil”. Tiene la suerte de compartir equipo con otros dos españoles, “por lo que siempre nos juntamos y hacemos piña”. Lo que más echa de menos es la comida y la playa, “pero sobre todo la comida”.
Echa la vista atrás y explica que “nada más firmar con el Valencia, 13-14 años, tuve que contar con una persona que me ayudara, porque estaba solo, sin mis padres. Algo parecido a un tutor. Representante tuve más tarde, de hecho el mismo que cuando estaba en Valencia. Él juega un papel importante a la hora de negociar con los clubes pero, sobre todo, es quien te ayuda a solucionar los problemas que puedan surgir. Es al primero que llamas porque, aunque es importante la negociación, lo fundamental es el apoyo emocional que recibes”.
A nivel deportivo, guarda un cariño especial a José Jiménez y Ernesto, “las personas que me llevaron a Valencia. Mis agentes y futbolistas, compañeros. Mantengo una buena relación con Ferrán Torres. Cuando llegué a Valencia, con 12 años, el fue el primero en recibirme y ayudarme, porque teníamos la misma edad, estábamos en la misma habitación y le tengo un aprecio increíble”.
Declara que sus padres, su hermano, su familia y amigos han “sido muy importantes en mi vida, en mi carrera. Somos seis o siete amigos que, desde los tres años, siempre vamos juntos. Ellos son muy importantes para mí”.
Carrera bonita, pero díficil
Muy joven, mucha responsabilidad y bien pronto fuera de casa, “por lo que el principal problema que he tenido que afrontar ha sido la distancia con la familia. Para mí ha sido lo más duro”. Por éste y otros motivos, no es ni tan fácil como puede verse desde el exterior la carrera de futbolista profesional, “porque es bonito, pero muy duro. Merece la pena sufrir, sin embargo, por tener la oportunidad de disfrutar de esto”.
A la gente joven que quiere vivir este futuro les dice que “lo estudien profundamente, hay que trabajar muy duro y dedicarse al 100%. Llegar a Primera llegan muy pocos, por lo que se ha de estar preparado mentalmente, siempre, cueste lo que cueste. Hay días muy duros, que no tienes ganas de ir a entrenar, pero hay que hacerlo”.
La exigencia en Holanda es máxima y tuvo que aparcar los estudios, “porque no tenía tiempo, era imposible”. Toda vez que finalice su etapa profesional le gustaría estar ligado con el fútbol, “bien como agente o como director deportivo”.