En una tarde fría, nublada y con lluvia, el Bahía tenía la posibilidad de recortar puntos al Santa Pola (líder de la clasificación) gracias al pinchazo que tuvo al medio día. Empató a 2 frente al Rafal, lo que era una gran noticia para los marineros que veían una nueva posibilidad de acercarse a la primera plaza. Lo que no sabían era que el tiempo iba a acompañar al nivel de juego de esa tarde. Una nube negra se ciñó sobre Salinetes y sobre todos los jugadores santapoleros.
Con estas perspectivas, y con el frío ambiente que el tiempo les regaló, saltaron al terreno de juego. Desde el primer momento se vio un quiero y no puedo. Jugaban por las bandas e intentaban abrir el juego para llegar con claridad. Una claridad que no se materializaba en lo más importante: el gol. El ansiado tanto que les adelantara en el marcador no llegaba. Veían sus esperanzas truncadas una y otra vez, gracias a una defensa que estaba bien colocada y a un portero que despejaba cualquier posibilidad de los santapoleros. Pese a que ellos tenían la posesión, fueron los de la Horadada quienes en el primer remate a puerta de todo el partido lograban adelantarse. Fue en un disparo extraño, donde el viento hizo de las suyas y frenó un poco la trayectoria. Lo que ocasionó que Monty no pudiera hacer nada para pararlo. Era el minuto 37 y fue un duro golpe para los locales que intentaron redimir esta situación, pero se fueron al descanso con un 0-1 en contra.
En la segunda mitad cambiaron un poco las tornas. El Bahía saltó al terreno de juego sin claridad, no lograban llegar a puerta y no ponían en peligro la ventaja momentánea de sus rivales. Eso fueron los primeros minutos, porque poco a poco parecía que iban despertando y creaban ocasiones que les ponían contra las cuerdas. Pero todo esto se truncó cuando en el 73 volvieron a ampliar la ventaja que ya tenían con el 0-2 y desmoronaban las esperanzas de unos marineros que dejaban escapar una de las mejores oportunidades que tenían. Pese a esta situación encadenaron un par de jugadas de peligro más antes de que el árbitro diera por finalizado el encuentro.
Con esta nueva derrota descienden a la séptima posición y se queda a 7 puntos del líder, el Santa Pola. Aunque ni tiempo, ni juego, ni resultado acompañaron, sí que quedó claro que no van a bajar los brazos en ningún momento. Nunca lo han hecho y no van a hacerlo ahora. Llegarán nuevas oportunidad y esas no las dejarán pasar. Porque no es su estilo. Porque saben lo que es luchar y lo que cuesta conseguir las cosas. Y ya se sabe… Lo que realmente vale la pena nunca es sencillo de lograr.