El Santa Pola se ha convertido en el rival a batir y de ahí que sus rivales se empleen a fondo. La primera mitad transcurrió sin mucha historia, de ahí que el encuentro llegara al descanso con empate a cero, lo que hacía sembrar la duda entre la afición. Sin embargo, la salida de los hombres de refresco dio más soltura al juego local. Acompañó también que en la primera jugada de la segunda mitad, cuando muchos aficionados ni siquiera habían vuelto a ocupar sus localidades, el Santa Pola consiguiera adelantarse en el marcador. El juego era controlado por los de Avilés, que empezaban a carburar y a desplegar su juego de toque, no obstante, debido a las reducidas dimensiones, cualquier error o indecisión en la zaga local hacía que el balón cayera en los pies de los delanteros. Y ocurrió lo que se temía. El Bigastro consiguió su gol en el minuto 70. Poco les duraría la alegría porque el Santa Pola seguía jugando bien, con un muy activo Markus que entró para dar más mordiente al ataque y así en el 72 Álex Fernández conseguiría el 2-1 que volvía a poner las cosas en su sitio. El esfuerzo de Markus tendría recompensa en el minuto 79 en el que conseguiría el 3-1 que sentenciaba el encuentro. Tres puntos más para seguir arriba.