No hubo forma de conseguir los tres puntos en el partido frente al Racing San Miguel en su campo. El partido fue duro y tosco desde que el árbitro señaló el comienzo. Con una afición local que disparaban insultos y palabras malsonantes de sus gargantas hacia cualquier objetivo, ya fuera el árbitro o los futbolistas del Bahía. Todos ellos estuvieron soportando durante más de 90 minutos este ambiente enfurecido que no aportaba nada más que agresividad al encuentro. El ambiente ya de por sí estaba caldeado, pero con una grada así era de esperar que se creara lo que se creó sobre el terreno de juego.
Con este ambiente el Bahía comenzó ganando desde el primer minuto, gracias a un penalti que convirtió en gol Garci. Desde ese momento la afición rival se lanzó encima del árbitro, cuya presión hizo mella en el colegiado y cambió su manera de pitar. Pese a este ambiente totalmente en contra, los santapoleros lograron el segundo tanto en el marcador. Esta vez fue en propia puerta. Tan solo habían transcurrido los primeros 3 minutos y el resultado y las sensaciones eran inmejorables: 2 tantos, buen juego y una buena posición sobre el campo. Pero algo cambió. Comenzaron las dudas y las indecisiones que provocaron el primer tanto local. Después de una gran parada de Monty el balón rebota en Diego y se introduce en la portería a la vez que la afición visitante enloquecía de alegría por recortar distancias. Era el minuto 26 y esta batalla tan solo había hecho que comenzar. El colmo llegó tan solo 7 minutos después, cuando empataron el encuentro mientras Puyi estaba esperando en la banda más de tres minutos para volver al terreno de juego. Las tablas en el marcador llegaron a la vez que el árbitro se acercó al central y lo expulsó por doble amarilla. Quedaba por delante toda la segunda parte más 10 minutos de la primera y debían afrontarla con uno menos. Pero esta adversidad hizo que el equipo se uniera más y remaran todos en la misma dirección. Con los jugadores más juntos y controlando más el ritmo del partido volvieron a adelantarse en el marcador. Esta vez el autor del golazo de la tarde fue Paloma que cogió un rechace al borde del área y mandó un disparo certero a la escuadra derecha en el minuto 38. Ponía el 2-3 con el que se llegó al descanso.
En la segunda mitad la grada continuó con su particular juego de desconcentrar al árbitro y calentar el ambiente tanto allí como en el césped. Pero esto no impidió a los santapoleros dominar el juego creando ocasiones de peligro y frenando las ofensivas locales que llegaban con bastante peligro a la portería. El San Miguel avisaba al Bahía de que iba a por el partido y de que harían todo lo posible por llevarse los tres puntos. Pero todo se descontroló cuando el árbitro decidió expulsar a Gabi (Duendo) y a otro jugador local con roja directa por una tangana que se montó en el campo donde entraron varios jugadores, junto con la grada que lanzaba más leña al fuego en lugar de apaciguar los ánimos. Esto ocurrió en el minuto 83 y de ahí a que se relanzara el partido pasaron más de 5 minutos. Los locales aprovecharon esta confusión y anotaron dos tantos seguidos en el tiempo de descuento. Dos goles que les concedían la victoria en un partido que empezó de cara para el Bahía, pero que se fue torciendo conforme avanzaba la tarde.
Este nuevo tropiezo supone que no logran la primera victoria en los tres partidos que llevan de liga. Pero eso no implica que no se continúe con la lucha y con el trabajo para conseguir la meta. Los primeros tres puntos en el casillero del Bahía no tardarán en llegar. Este fin de semana se enfrentarán al Sporting Saladar en casa con la esperanza de alcanzar la victoria.