Aveces, cuando quedan cinco o seis kilómetros para meta y te pesa todo, los fantasmas vienen a la cabeza y te preguntas, ¿qué hago yo aquí?”. Así se expresaba el triatleta santapolero Michel Zagarzazu, una de las 25 personas de la villa que ha terminado un Iron Man (3.800 metros a nado, 180 kilómetros en bici y 42 corriendo), la prueba de triatlón más exigente. “Teniendo en cuenta el tamaño de Santa Pola, es sorprendente el nivel que hay aquí”, declara. Un nivel que se gana con sesiones de entrenamiento pautadas y medidas “a través de un entrenador personal que no solamente las controla, también tu dieta (el 50 por ciento) y tu preparación mental, importantísima en este deporte”. Asegura que no hay que ser un portento de la naturaleza para practicar este deporte, “sólo estar en forma. Además, la gente que se lanza a practicarlo viene del atletismo, el ciclismo, el fútbol (un 80 por ciento del club Tri-Oráculo o la natación (los menos), por lo que es añadir un poco más”. En cuanto al entrenamiento, afirma que “no entrenamos una triatlón todos los días. Una hora nadando, al día siguiente otra corriendo. Tienes que ir cambiando porque hay que tener en cuenta las lesiones (frecuentes, pues se exige mucho a distintos grupos musculares a lo largo de la prueba) y, sobre todo, la recuperación, que es clave”. A sus 40 años y con dos niños afirma sentirse fuerte y joven gracias al Triatlón, “en el XTerra terminó el último un hombre de 75 años, ése es mi objetivo. Mantenerme, mejorar mis metas personales. No puedes entrenar pensando en ser el número uno, sólo en la superación, retos físicos y mentales de uno mismo”.
Finalmente, destaca que, “lo mejor de este deporte son los compañeros, el equipo. Salir con ellos en bici o tener compañeros a la hora de ir a nadar en el mar es importante”.
La III Triatlón Cros Villa de Santa Pola tendrá lugar el domingo, 9 de junio, con salidas desde la zona del Peña Grande a las diez de la mañana.