JUGGER
 

¿Quieres luchar? El jugger te espera

 
Viernes 18 de agosto de 2017 0 comentarios
 

Cinco jugadores se colocan en uno de los fondos de una pista de 40x20 metros. Su objetivo, alcanzar una especie de pelota achatada de 30x12 centímetros e introducirla en una base en el fondo contrario. Suena la señal y ambos equipos se lanzan al centro en busca del jugg (así se llama la pelota). Sólo uno de los jugadores puede tocarlo con las manos, el corredor.

El resto, deben bloquear al equipo contrario para allanar el camino a su corredor. Para ello se sirven de varias armas acolchadas: Cadena (Una pelota de gomaespuma unida a una cadena de plástico de tres metros); Mandoble (caña de bambú forrada con churro de piscina o esterillas de un metro cuarenta como máximo); Bastón (parecido al mandoble, pero con una protección central defensiva, tiene una longitud de metro ochenta); el Q-Tip (como el arma del sith Darth Maul, un mandoble con dos puntas, tiene una longitud de dos metros); espada y escudo (el escudo también es de tejido acolchado y de sesenta centímetros de diámetro) y la espada corta, que son 85 centímetros de longitud total, de bambú y tejido acolchado); finalmente, quedan las dos espadas cortas que se portan sin escudo, cada una mide 85 centímetros y se pueden portar las dos a la vez. Para los amantes de la seguridad, decir que todas las armas (sin excepción) pasan un testeo previo antes de cada torneo para asegurar que cumplen con las medidas reglamentarias y de seguridad.

El objetivo, como podemos comprobar, “nunca es hacer daño al oponente, sólo darle un toque y desactivarlo”, explica Miguel Ángel Ruiz, presidente de la Asociación Alicantina de Jugger. De hecho, los golpes en cuello, cabeza o excesivamente fuertes son ilegales y fuertemente sancionados. A la segunda falta que ser cometa, se expulsa al jugador del partido. “Como, además, cada uno arbitra los encuentros de los demás, siempre podemos ver y conocer a quienes no cumplen las normas, por lo que duran poco en el campo”, añade Ruiz.

Toda vez que se “toca” o “elimina” a un jugador, éste deberá esperar con una rodilla en tierra y una mano en la espalda durante cinco u ocho intervalos (de segundo y medio), en función de si te ha golpeado la cadena (ocho) u otra arma. Los intervalos, que suenan continuamente por megafonía durante el partido, consisten en señales acústicas con las que se mide el tiempo en el jugger.

El único jugador que no porta arma es el corredor, que es el encargado de anotar los tantos dentro de esos 200 intervalos, divididos en dos partes de cien. En su caso, puede frenar o parar al corredor contrario mediante agarres por encima de la cintura y debajo de los hombres. Nunca placando, ni luxando, ni haciendo cogiéndole de brazos o piernas.

“Es un juego que aúna lo físico con lo estratégico”, explicaba el presidente, y que, como todo, ha ido evolucionando con el tiempo: “al principio, los cadenas eran jugadores corpulentos, y ahora se opta por la rapidez, ya que hace falta dar un giro de 180 grados de la cadena para efectuar un golpe válido; los corredores, a su vez, van aumentando de tamaño”. De todos modos, España es una potencia mundial, sin exagerar y gusta de corredores ligeros y rápidos. También porque la media de edad es más baja, “aunque es un deporte que permite todo tipo de condiciones físicas y que es mixto desde su nacimiento.

Juego extra rápido (un tanto suele durar una media de entre diez y quince intervalos – unos veinte segundos, dos arriba, dos abajo-), netamente ofensivo, donde prima la estrategia, “porque a nadie le interesa utilizar la fuerza, más bien la rapidez y la técnica, desactivas a un oponente e instantáneamente vas a apoyar a tu compañero para desactivar a otro”. La única regla en la composición del equipo, además de que sólo haya un corredor en el campo, es que sólo haya un cadena, “permitiendo así más variedad en las combinaciones y mucho movimiento de rotación dentro del campo”, explica Miguel Ángel.

Recientemente, en Santa Pola se han realizados dos exhibiciones a las niñas y niños del Club Deportivo Polanens y al Club de Karate Sheisin. La aceptación ha sido bastante buena, “ya que les ha parecido divertido, integrador y físicamente exigente”, aclara Aritz Bernabéu, capitán del equipo santapolero Midnight Fighters. De hecho, el objetivo de la Asociación provincial “es llevarlo a los colegios porque, digamos, es un deporte en el que el juego limpio y la honestidad priman por encima de todo. Aquí no mucho hueco para las trampas, si te dan un toque con un arma, todo el mundo lo asume y se arrodilla”. Desde cuatro son los árbitros que están en el campo, “todos ellos compañeros de otros equipos”.

Cualquiera que esté interesado en formar parte de este mundo deportivo puede en ponerse en contacto con los Mignight a través del correo midnightfightersjugger@gmail.com; su página de Facebook o con la propia Asociación Alicantina.

 

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