“Venida es la acción de venir, significa un movimiento. Del que va y del que lo recibe. Aplicado a la virgen, ella viene a nosotros, pero también nosotros vamos a ella. Por eso, que este hecho que celebramos no quede entre nosotros como algo pasajero. Como algo que solo marca un sentimiento, sino que tomemos en cuenta lo que representa: Sentir religioso”. Estas palabras del cura párroco Lucas Galvañ, con las que cerraba el Pregón de la Venida de la Virgen (pronunciado el sábado 9 en la parroquia) vienen a demostrar la profunda devoción que volvió sentir, un año más, el pueblo de Santa Pola cuando se acerca el 10 de diciembre.
La celebración del acto de la Crida en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción fue la primera novedad esta última celebración. El templo se llenó por completo de devotos que asistieron al acto titulado ‘Venida de la Virgen de Loreto’ (Interpretación especial del Milagro de la niña - 1943), done se realizaron varias intervenciones musicales, recitado de poemas (incluido uno donde Rami Vidal Agulló narra el Milagro de Finita Bonmatí, en presencia de la niña Sonia Torres Rúffolo) y, por supuesto, la Crida 2017 a cargo de la portadora Teresa Juan Martínez. En un año donde el recuerdo del maestro Antonio Espinosa estuvo presente en todo momento.
El domingo 10 comenzó con más novedades, como fue el acto realizado en la Capilla de la Virgen de Loreto, donde se realiza una Salutación a la Virgen, el rezo del Angelus, el recitad del Milagro de la niña Finita Bonmatí, la Oda a la Venida, la entrega a la Virgen de un corbatín de parte de la Portadora 2017 y, de nuevo, la Crida. Una llamada que, como no podía ser de otro modo, hizo su efecto.
A las siete de la tarde partía la comitiva desde el Castillo hacia el puerto. A continuación, tuvo lugar la representación en el puerto. El grupo de personas que desinteresadamente preparara cada año esta escenificación, con los textos de la cronista de la villa, María Sempere Montiel, volvió a recrear la Santa Pola de 1643, cuando desembarcó en esta localidad marinera su alcaldesa honorífica. Y así mismo fue, 374 años después, con la imagen de la Virgen que llegó en un barco, en la busa ‘Llocomare’, patroneada por los Vicente Soler, padre e hijo, amarró en el muelle y acto seguido, el marinero de abordo Antonio Giner, entregó la Virgen del Loreto al Patrón Mayor, Manuel Domingo Maciá Juan.
Y tras la escenificación, comenzó la procesión de la Venida del Virgen de Loreto hasta el Castillo Fortaleza, con antorchas en mano. Luz, calor, cariño y fe para acoger a la Virgen del Loreto, a la Patrona, a la Virgen que escogió Santa Pola.