Francisco Valentín Campos Pérez es de Cantabria, pero santapolero de adopción. Descubre en la villa pesquera su pasión por la Fiesta, entrando a formar parte de la comparsa Jaume I, participando en los desfiles festeros y en los tradicionales alardos activamente. Su andadura comenzó en Guardamar en el año 1984, cuando empezó a salir con los moros musulmanes durante dos años. Más tarde, llegó a Santa Pola, su “segunda tierra”, formando parte de la comparsa Jaume I. Tras una pequeña pausa en la actividad festera, acabó siendo socio fundador de los Templarios, comparsa en la cual participa activamente.
Este año fue elegido Capitán, pero por la situación de emergencia sanitaria tendrá que esperar al 2021 para representar a los Templarios con orgullo y dignidad. Francisco admite que, cuando se enteró de la suspensión de las Fiestas de Moros y Cristianos de Santa Pola, sintió “una pequeña decepción. La ilusión era grande, y desde la presentación de cargos en marzo, la Capitana Mª Jesús y un servidor estábamos calentando motores y preparándonos”. Aunque considera que todo lo relacionado con el coronavirus ha sido una “lástima”, opina que “es necesario comprender la suspensión de los actos. El año que viene llegarán, con más fuerza y ganas”.

A nivel personal, la pandemia también le obligó a anular un viaje que tenía planeado a Cantabria, su tierra natal. Añade que “durante el confinamiento ya nos estábamos mentalizando de que las fiestas seguramente no se llegarían a celebrar”. De momento, no piensa en las fiestas del año que viene, pero imagina que en el momento en el que llegue el mes de marzo de 2021 “empezará de nuevo el cosquilleo de las fiestas cercanas, y comenzaremos a prepararnos de nuevo”. Tampoco se plantea los cambios que tendrán que realizar en el desarrollo de las fiestas, porque el virus no nos abandonará de un momento a otro y será casi imposible que todo vuelva a la normalidad total. “Imagino que, si está todo igual, claro que habrá cambios. Pero si tenemos suerte y todo ha mejorado, pues disfrutaremos a tope”, cuenta Campos. Y añade: “Aunque me sería bastante difícil y penoso tener que estar con el traje y la mascarilla, porque en el día a día es lo que peor llevo”.

Los días previos a las fiestas no los está viviendo de forma tan “ansiosa”. “Todos los años, la empresa para la que trabajo me concede el privilegio de poder tomar las vacaciones de verano durante la semana grande. Cuando llega el día 31, ya hay un ambiente festero que se respira por todas partes, y estás con muchas ganas de que llegue ese día. Este año, sin embargo, el tema está mucho más relajado”, explica el Capitán. Vivirá estas jornadas con mucha precaución, y comenta que la Comparsa tiene previsto organizar algo con sus miembros, porque “al ser pocos, podemos mantener mejor la distancia. Será algo cercano y breve, algo para no olvidar que estamos en fiestas”. El sentimiento de que los santapoleros no olviden que están en “la mejor semana del año” también se comparte en la programación alternativa que ha preparado el Ayuntamiento. Sobre ella, Francisco opina que “suspender unas fiestas no es decisión fácil, aun teniendo encima lo que tenemos. Si todo el mundo colabora y mantiene las medidas de seguridad, no tendría que haber mayores problemas”.

El momento más esperado para Campos en estas fiestas era el simple hecho de ostentar el cargo de Capitán con su mujer de Capitana, “nos hacía mucha ilusión estar representando a la Comparsa”. Como acto, puede que el de la embajada fuese el que más esperaba, pero comenta que “todos los momentos son alegres y mágicos”.