Los usuarios del Parking del Castillo están teniendo problemas para acceder a las plazas de aparcamiento que adquirieron. Así lo han denunciado esta semana en un escrito remitido al alcalde, Miguel Zaragoza.
El presidente de la Asociación de Usuarios del Parking del Castillo de Santa Pola, Francisco Manuel Martínez, denuncia que hay “malestar y quejas” entre los usuarios. Así, el pasado 11 de abril y sin previo aviso, la empresa concesionaria, Generala, procedió a cambiar el horario de apertura sin previo aviso. Ahora el parking está abierto de lunes a viernes de 8 a 16 horas, los sábados de 8 a 24 horas y los domingos cerrado. Hasta ese día, estaba abierto las 24 horas.
Recordamos que del total de tres plantas subterráneas del estacionamiento solo la primera se explota en régimen de rotación y las dos últimas se vendieron en su mayoría –quedan unas 40 sin vender– a propietarios particulares. “Además de los 18.000 euros más IVA que tuvimos que pagar por las plazas, nos cobran un mantenimiento de casi cien euros al trimestre y ahora nos encontramos con que no podemos aparcar ya que nos arriesgamos a no poder sacar nuestro vehículo luego”, indica Francisco Manuel Martínez.
Así, fuera de este horario la empresa Generala, que recordamos que está en concurso de acreedores, no deja a nadie de guardia. El problema es que las tarjetas de las que disponen para abrir la puerta no funcionan bien. “El sistema de las tarjetas es muy bueno para los señores de Generala, pero para los usuarios es fatal ya que a toda hora se está atascando y no abren las puertas, al no haber ninguna persona responsable que abra, prácticamente todos los vehículos se quedan fuera en la calle sin poder acceder al interior del parking”, añade el presidente de los usuarios.
Francisco Manuel Martínez pide al alcalde que “medie con estos señores para solucionar todas estas deficiencias, así como para poder separar la segunda y tercera planta de la primera, y esta asociación pondría los medios necesarios para solucionar dichos problemas”.
Se da la circunstancia de que aún no está constituida la comunidad de propietarios, tal y como debería haberse hecho en el momento en el que el parking empezó a funcionar. Los usuarios prefieren contratar ellos mismos a las personas que vigilarían y realizarían el mantenimiento de su “parte” del parking y reducir así unas cuotas que consideran abusivas.