Después de realizar su proyecto pionero de Ecoauditoría Ambiental, el colegio Alonai ha pasado a la práctica. Con la implicación de toda la comunidad escolar (alumnos, padres, equipo de profesores y directivo) se ha constituido el Comité Ambiental, formado por voluntarios que se han hecho responsables de un total de trece proyectos. Y hay que tener en cuenta que tras la experiencia piloto del colegio Alonai se pretenden extender estas buenas prácticas ambientales al resto de centros educativos de Santa Pola.
Así, por ejemplo, los propios delegados de clase serán los ecodelegados que vigilarán para que se recicle correctamente, se apague la luz al salir de clase o se cierren bien los grifos tras lavarse las manos o cepillarse los dientes. También habrá ecovigilantes, responsables de velar por las buenas prácticas ambientales en el patio. Igual que en el resto de colegios de la localidad, cara al próximo curso se pondrá en marcha el banco de libros, pero también el banco de uniformes. “Reducimos el gasto económico de los padres al mismo tiempo que fomentamos la reutilización y el consumo responsable”, indica Mari Carmen González, coordinadora del Comité Ambiental.
Otro proyecto para el que necesitan la colaboración del Ayuntamiento es “Andando al Cole”. Así, de manera experimental un día de mayo voluntarios acompañarán a los niños cuyos padres lo hayan autorizado a la salida del colegio andando hasta la Glorieta. “En otras ciudades ya se han realizado propuestas similares con éxito y de funcionar bien se podría hacer que una vez a la semana los niños vinieran andando del colegio y los padres podrían recogerlos cómodamente en un punto de encuentro sin necesidad de coger el coche”, explica Martínez. Y para fomentar el transporte sostenible también se va a pedir la implicación de la empresa de transporte para la implantantación del bono bus de modo que los padres que se comprometan durante varios meses a que sus hijos utilicen el autobús obtengan una rebaja en el precio.
Además, hay proyectos para ir sustituyendo paulatinamente instalaciones como las eléctricas o las de fontanería por otras de bajo consumo; el del “Aula Verde”, una especie de pequeño ecoparque donde los alumnos podrán depositar cómodamente residuos como pilas o los cartuchos de tinta de las impresoras; excursiones ambientales; huerto escolar, etc.