Desde el viernes no he salido de casa, tengo un miedo tremendo, me cuesta respirar y si estoy sola se me presentan los que me pegaron y me dan ganas de llorar”. Es el testimonio de Amalia Campos una santapolera de 72 años que el 11 de mayo sufrió una brutal agresión en la puerta de su casa.
Relata que, como suele hacer cada día, sobre la una del mediodía venía de hacer la compra en el supermercado de la calle de la Cruz. Ella vive en la calle Ganaderos, frente al colegio Virgen de Loreto. Abrió la puerta que, como es normal, tardó un instante en cerrarse mientras ella, que camina con dificultad y tiene que apoyarse en un bastón, se dirigía hacia las escaleras. Dos jóvenes aprovecharon este momento y entraron en el portal. Ella les preguntó qué querían le preguntaron por una mujer que no conocía y, sin más, le dieron un puñetazo en la cara. Cayó al suelo y, por fortuna, no se golpeó en los escalones. “Si me doy en la escalera me quedo en el sitio”, comenta angustiada Amalia. Intentó defenderse con su bastón y también la golpearon en la muñeca. Le pegaron un tirón al cordón, lo rompieron y salieron corriendo. Amalia pidió auxilio y se encomendó a la Patrona de Santa Pola: “¡Ay Mare de Déu de Lorito!”, exclamó. Se llevaron un trozo del cordón pero la medalla de la Virgen de Loreto, lo más valioso para ella, no, ya que cayó al suelo. Salieron los vecinos, la auxiliaron e incluso fue el Policía Local que vigila a la salida de los niños del colegio el que dio aviso a la ambulancia. Padece del corazón y en el Centro de Salud le dieron un tranquilizante y le hicieron radiografías para ver si se había roto algún hueso. Por fortuna no es así y solo tiene las visibles magulladuras que se pueden apreciar en la imagen.
Caso aislado
El teniente del puesto de la Guardia Civil en Santa Pola, Javier López, indica que “éste es un caso aislado, el único robo con violencia que hemos tenido y no debe cundir la alarma social”. La Benemérita está investigando para tratar de detener a los autores del robo y la agresión a Amalia. De hecho, el mismo día en que se produjeron los hechos tanto agentes de la Policía Local como de la Guardia Civil estuvieron buscándolos, se le vio por la Glorieta, pero no se les pudo detener. La pista principal que puede conducir a su detención es que vendan el cordón en un establecimiento de compra-venta de oro, ya que estos locales están obligados a tener un registro de las personas que les venden joyas y la Guardia Civil lo revisa periódicamente.
